Hace aproximadamente un mes, un grupo de jóvenes saharauis acampó cerca de El Aaiún para exigir trabajo, vivienda y educación. Poco tiempo más tarde, el campamento reunió a más de 20.000 personas para reclamar los mismos derechos que los habitantes del Sahara Occidental de origen marroquí. Ayer por la madrugada, el campamento de El Aaiún fue atacado por fuerzas militares marroquíes.
El ataque empezó a las 6.45h de la mañana, prendiendo fuego a las jaimas, arrestando a jóvenes saharauis y bloqueando las entradas al campamento.
Poco tiempo más tarde la policía también cerró todas las entradas de acceso de la ciudad, obligando así a trabajadores y estudiantes a regresar a sus casas.
La situación en el territorio es tensa.
En las calles de El Aaiún los alborotos y disturbios no cesan y ya se habla de una decena de muertos, docenas de heridos y centenares de detenidos.
Cooperantes de la zona relatan una situación de violencia tremenda, el control de la población con el uso de gases lacrimógenos, porras y piedras está en el orden del día.
El conflicto en el territorio no es aislado, pues desde 1975 está sobre la mesa.
Manifestantes de muchas ciudades –también españolas- reclamaron el fin de la violencia en el Sahara.
Me parece importante resaltar el título de este artículo con un enlace del periódico Público
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